El único bar de whisky en la ciudad, hasta donde yo sé. Se encuentra en Amsterdam e Iztaccihuatl en la Condesa y tiene apenas unas 5 ó 6 mesas. Con la ventaja de que abra los domingos, lo visitamos el día de hoy.
El whisky ocupa el lugar principal en su menú, aunque tienen todo tipo de bebidas. A mi, honestamente, me hubiera gustado más que sólo tuvieran whisky. La variedad no es muy extensa pero, probablemente, es la más amplia del D.F. ya que en casi ningún lado tienen más de media docena de etiquetas de dicha bebida. La mayoría no puede beberse por sí mismo sino que debe ser acompañado con agua mineral. Whisky, whisky, del buen whisky, hay unos cuantos, aunque no llegan muchos a México, por lo que no es culpa del bar.
Hoy eramos los únicos dos en el lugar, por ser domingo. Los viernes y sábados el lugar se llena, por lo que hay que llegar temprano para conseguir entrar. La música es bastante buena, indie rock en su mayoría (eso de las clasificaciones musicales no se me da, pero creo que sí podría considerarse así lo que escuchamos hoy).
Whisky desde 45 hasta 300 pesos, acompañados de pretzels (creo que podrían tener nueces o algo que le vaya mejor al destilado) es lo que uno debe ir a buscar aquí. Es un poco caro pero, si de whisky se trata, es uno de los mejores lugares de la capital y, probablemente, de México.
Pd. Se puede pedir algo más de comer, aunque las opciones no son muy amplias: pizza o no-sé-qué otra cosa. Además, hay un tubo para quien se anime a bailar después de unos tragos.
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