


Después del Woko, ya camino a mi casa a eso de las 2:30 ó 3 a.m., pasé junto a un par de taquerías ubicadas en Alfonso Reyes. ¿Cuál visitar? Venció el Califa casi aleatoriamente.
Antes El Califa de León, ahora sólo El Califa. Honestamente no sé cuántos años lleven ahí pero, definitivamente, muchos. Desde hace unos años tienen también una sucursal en el sur, en Av. San Jerónimo, junto a Escenaria. La gente sigue llenando el lugar (ambos) de tal manera que hay que esperar mesa, a veces un buen rato. El servicio, una vez sentados, es bastante rápido.
Los tacos de pastor, de $9, son sumamente pequeños. La combinación del pastor, sin limón (esa costumbre de ponerle limón y sal a todo...), con una de las dos salsas rojas que ofrecen es deliciosa. Las Gaonas con queso, aunque caras, son una delicia. Carne sumamente suave que se parte facilmente en cada mordida, queso y tortilla. Así de simple.
Son caros, sí. No son, probablemente, los tacos ideales para ir cada dos días. Cuando el antojo invade tu mente a las 3 a.m. y no te abandonará hasta ser satisfecho, ese es el momento para ir al Califa.
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