

El jueves fue mi cumpleaños e íbamos a ir a cenar al Salón Conde, en Michoacán en la Condesa. Resultó estar cerrado pues están haciendo una terrasa para fumadores, por lo que abrirá hasta dentro de una semana más. Decidimos ir al Xel-Ha, ese lugar junto al que seguro han pasado varias veces y nunca se les ha antojado entrar.
Remodelado hace poco tiempo, el Xel-Ha sigue sin tener un aspecto muy atractivo. Los clientes asiduos agradecen que sea así, pues siempre se consigue lugar tras esperar un rato, aún en los días más difíciles. Se trata de una cantina bastante nice aunque poco pretenciosa y ostentosa. La comida yucateca que aquí sirven es uno de los puntos que marcan la diferencia. Por desgracia no es la botana que acompaña a cada trago, sino que se ordena a la carta.
Para empezar unos tacos de cochinita pibil, ya sean normales o cachondos, osea fritos en la grasa de la misma cochinita. Yo sólo probé los cachondos, aunque la tortilla frita no ayuda en mucho. Un amigo, en cuya opinión debo confiar ciegamente, probó ambos y prefirió los normales. Después, una sopa de lima. Absolutamente deliciosa. No hay más que decir al respecto. El filete de mero Xel-Ha, empapelado sobre una hoja de plátano con achiote y no sé qué más, no me gustó pues, en mi opinión, a la salsa le hacía falta sal y, una vez corregido eso, los sabores no se integraban: pescado por un lado y salsa por el otro, como si se la hubieran hechado encima en lugar de dejarlo marinando. Probé un poco del relleno negro y creo que estaba mucho mejor que el pescado.
Si se busca comida yucateca quizá este no sea el lugar. Si, en cambio, se quiere ir a echar unos tragos y aprovechar para comer algo de esto (aunque tienen otras cosas en la carta también), es un lugar valioso en la Condesa. No por nada ha sobrevivido tanto tiempo ante la mirada indiferente de muchos.
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