miércoles, 29 de octubre de 2008

Fly



Anoche fui (fui, pues todos le sacatearon) a una sesión de la venerable Logia de los Mezcólatras en el Red Fly. El objetivo de dicha asociación es promover la cultura mezcalera y la apreciación de un buen mezcal, traídos directamente de diversos pueblos en diversos estados (se produce mezcal en más de 20 estados de la república, no sólo en Oaxaca). Una descripción más detallada del Tío Corne y la logia quizá sea tema de otro post. Por lo pronto me limitaré a hablar del Fly, donde ayer probé tres deliciosos Bacanoras (tipo de mezcal del estado de Sonora muy difícil de conseguir, al menos de buena calidad y por estos rumbos).


Ubicado en la Col. Roma sobre la calle de Orizaba se encuentra este restaurante/bar/mezcalería. Antes era una mosca roja la que bienvenía sobre la puerta, ahora sólo el letrero de Fly con un símbolo similar al de reciclado (pronto subiré una foto). Recién remodelado hace unos meses, reduciendo su barra y ampliando su espacio, el lugar alberga una pequeña exhibición de fotografía (no muy buena) y algunos detalles curiosos como unos guantes de box, un cuadro pintado con gises de colores de un padre apuñalando a su familia y próximo a ir al infierno (todo en muñequitos versión infantil) y un par de ejemplos de street art. La música incluye un poco de todo, nada incómodo y de buen volumen, proveniente del ipod de José, el cocinero, bartender y socio.


Hernán, el dueño, lleva ya varios años en una ferrea labor de crear una digna carta de mezcales. Es difícil dadas las pequeñísimas producciones de estas bebidas y la escaza promoción que reciben los buenos mezcales. Sin embargo, se enorgullece de ofrecer ya 55 mezcales distintos de diversos estados de la república. El menú de mezcales está presentado de una manera que hace justicia a los productores: por estado, por marca y especificando el tipo de maguey, el maestro mezcalillero, la región, la fecha de elaboración, % alcohólico y demás detalles que necesitan saberse al momento de elegir. A petición de José se incluirán más vinos en el menú, aunque por el momento hay unos cinco tintos y cuatro blancos.


La comida no es la más sofisticada, es más bien bastante sencilla. Puede encontrarse algo desde unos 45 pesos (probablemente una sopa) hasta 135 (un filete de res). Lo atractivo en cuestión alimentaria es que, dentro de los planes que trajo José consigo al asociarse con Hernán, se pretende volver autosuficiente al lugar con base en hidroponia. Teniendo una gran asotea, ¿por qué no cultivar verduras y hortalizas ahí? Había escuchado proyectos similares fuera del D.F. pero creo que es la primera vez que lo detecto acá. Siempre está también la opción de comer un hot dog en el carrito de la esquina, que algún día probé y me parecieron buenísimos. Ahora hay unas pizzas (pizzabrosas) que dicen que están buenas, aunque no me consta.


Evolucionó para bien, me parece. Un lugar bastante cómodo para ir a tomar un buen mezcal, donde una onza va desde unos 25-30 pesos hasta unos 240 y el promedio de las dos onzas está en unos 60 pesos. Puede parecer un alto precio por momentos pero hay que tomar en cuenta que se está comprando calidad y que las producciones son extremadamente pequeñas. El único problema es el estacionamiento, al igual que en el resto de la Roma y la Condesa, aunque hay un estacionamiento público a la vuelta, como a una cuadra.

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