Sin ningún letrero en la entrada, sobre la calle de Frontera en Tizapán, este lugar es el mejor de su especie en la zona. Pasando el mercado de Tizapán y antes de llegar a Los Arbolitos, del lado derecho está este feo local con mesas al fondo. Probablemente debas comer entre el humo que invade el cuarto pero, si eres de estómago fuerte, no te arrepentirás.
Éste fue, hace varios años, mi primer encuentro con los tacos de lengua. No sé si es por eso que les guardo un cariño especial o si en realidad son tan ricos como creo (va mucha gente, entonces creo que no soy el único que lo piensa). Los de lengua dorada son riquísimos, aunque la lengua así, al natural, también es muy buena. Sesos, cachete, trompa, ojo, suadero, maciza, campechano (suadero+longaniza), machitos y no sé qué más hay en este lugar. Si uno pregunta le dirán que todo es bueno aunque, a mi parecer, los de lengua son los reyes, los de sesos están buenos, el suadero está bien sin llegarle a los talones a los Charly de San Fernando, los campechanos son muy buenos, el cachete está bien con un poco de sal y salsa roja... Lengua, lengua y más lengua es lo que hay que pedir aquí. Si uno presta atención al hombre que corta la carne a la entrada, la lengua es lo que más circula, lo cual dice todo. Si insiste en pedir algo más, los campechanos o los sesos serían mi recomendación.
No hay cervezas ni nada con alcohol. Suele ser, sin embargo, buen lugar para cenar después de unos tragos ya que cierran bastante tarde -los sábados, por ejemplo, cierran a las 5 a.m.-. Si andas por acá y se te antojan unos tacos distintos a los acostumbrados de pastor, esta es muy buena opción. Cada taco cuesta 10 pesos o menos. Itamitas: dejen por un día Los Arbolitos y visiten este lugar.
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