jueves, 22 de enero de 2009

Post Especial desde N.Y.









Una semana en Nueva York, honestamente, no alcanza para mucho. Puede que Londres o Viena sigan siendo físicamente mis ciudades favoritas peeeerooo la vida de NY no se encuentra en otro lado. Melting pot -para usar su terminología- de practicamente todas las culturas del mundo. Lo que no se encuentra en esa ciudad es, probablemente, porque no existe.


Probablemente sea injusto comparar el British Museum y el Louvre con el Met pero lo haré: prefiero infinitamente los primeros dos que éste último. Tiene piezas extraordinarias y un templo egipcio enterito rescatado de la inundación de Asuán (al construir la presa que sumergió varios de éstos) pero, si se han visitado los dos primeros, un buen número de piezas parecen relleno. Es un gran museo, sí, pero... El MoMA, por su parte, cuenta con obras maravillosas. La mejor parte, creo, es la de arte pop aunque su curaduría es bastante buena en general, salvo por la sección de arte contemporáneo que no me gustó en lo más mínimo. El ganador indiscutible de los tres museos que visité fue la galería Frick. Casa "pequeña y poco ostentosa" del magnate del carbón y del acero Henry Clay Frick donde se exhiben obras que uno no esperaría encontrar en una colección particular: el famoso retrato de Thomas More realizado por Holbein, el retrato de Felipe IV pintado por Velázquez, obras de El Greco, Tiziano, Goya, Van Dyck, Van Eyck, Rembrandt, Gainsborough... No me imagino cómo sería vivir en un lugar así pero como museo es un grandioso lugar.


¿Qué decir de la comida? Uno encuentra pequeños mercados gourmet casi a cada paso. Desde pequeñas tiendas hasta Dean & DeLuca pasando por establecimientos como Gourmet Garage y supermercados como Whole Foods Market, esta ciudad simplemente no se cansa de ofrecer los mejores ingredientes provenientes de todo el mundo. Cafés de distintos orígenes, vinos de todo el mundo, frutas y verduras de los más vívidos colores imaginables -no les garantizo que el sabor sea el mejor- y casi todos los alimentos procesados imaginables. Anhelo el día en que en esta ciudad aprendamos a comer y consigamos todo aquello más facilmente.


Si gente de todo el orbe vive en esa ciudad, ¿no es de esperarse que exista comida de casi cualquier país del mundo? Pues así es. Supongo que es el mejor lugar para encontrar la mejor comida de cada país fuera del país mismo. Incluso existe un restaurante llamado Rosa Mexicano, al cual no tuve la dicha de ir, que me pregunto si no será el mejor restaurante de comida mexicana actualmente incluso considerando los que se encuentran dentro de México. Comida etiope, china, italiana, francesa, vietnamita, malaya, española, vasca, escandinava, peruana... you name it. Yo fui a un lugar malayo llamado Jaiya magnífico. El lugar parece oscuro y sucio pero la comida es deliciosa. Porciones enormes que apenas pude terminar. Fui también a un lugar de yakitori de nombre Torys... No me arrepiento de haber dejado de lado un restaurante de comida escandinava. Todo, absolutamente todo, era buenísimo. Yakitori de hongo shiitake, yakitori de lengua de toro kobe, udon en caldo de miso, gyoza, arroz al vapor con anguila, algunos otros yakitoris que robé del resto de los comensales, helado de té verde, vainilla y frijol rojo cubiertos de pasta de arroz... ¡Incluso el sake tenía un aroma a durazno magnífico!


De la gran comida bostoniana, irónicamente, no comí mucho. Fui a un par de típicos brunchs neoyorkinos, en el Sarabeth's y en el Balthazar. El Sarabeth mucho menos elegante que el segundo, aunque el Balthazar es todo un clásico en NY (incluso hay quien piensa que La Botica, mezcalería en el D.F., copió la B de su logo de la que aparece en la entrada de este restaurante). Fui a un lugar llamado Taste, de un conocido personaje neoyorkino llamado Eli Zabar quien tiene una serie de cafeterías y tiendas: E.A.T., Taste, Eli's Vinegar Factory, Eli's Bread, Eli's Market... El más conocido y más tradicional es E.A.T., aunque hay quien se queja arduamente del servicio. Taste es un poco más formal -cafetería de día y restaurante de noche- con un menú muy pequeño sólo para acompañar la lista de vinos, cervezas y cocteles del wine bar. No podían faltar las hamburguesas, por lo que intenté averiguar cuáles eran las mejores de toda la ciudad. Fui a un lugar llamado Shake Shack, una pequeña casuchita a medio Madison Square Park (no confundir con el M.S. Garden) donde preparan malteadas, hamburguesas, papas y hot dogs. Se supone que hay días en que uno tiene que hacer largas filas para comprar su comida pero, por suerte, el día que fuimos hacía demasiado -realmente demasiado- frío y no había nadie. Pedí una hamburguesa que combinaba una cheeseburger tradicional con una hamburguesa vegetariana hecha con portobello... Debo admitir que me concentré más en calentar mi cuerpo que en probar la mentada hamburguesa pero, aún así, fue una delicia. Katz's, supuesto poseedor del mejor pastrami de NY, fue también una visita obligada. Honestamente no me pareció una maravilla el pastrami, muy bueno pero, ¿para ser el mejor? Quizá eso signifique que no soy un aficionado al pastrami o que mis conocimientos sobre el mismo son casi nulos.


Visité también una de las microcervecerías de esa ciudad: Brooklyn Breweries. La revolución cervecera en E.U. ha permitido que nazcan un sinnúmero de microcervecerías por todo el país. Una de las más famosas -si no por ser de las mejores sí por su tradición-, sin embargo, es ésta. El tour no fue nada del otro mundo pues las instalaciones no son nada atractivas pero valió la pena para probar varias de sus cervezas.


Me quedé con ganas de ir a algunos de los grandes restaurantes de esa ciudad como el Daniel o el Per Se. No tenía ni suficiente tiempo ni suficientes fondos para hacerlo, tomando en cuenta que el segundo cuesta alrededor de 300 dolares por persona (pensar que en México un restaurante de 1000 pesos por persona ya resulta exagerado...). En otra ocasión será.


Dos grandes lugares merecen una mención especial. Caminando por Soho (no deja de sorprenderme la practicidad de los nombres de los barrios en esa ciudad: South of Houston, Downtown, Midtown, Uptown, North of Little Italy, ...) me topé con una tienda que llamó mi atención por el simple hecho de vender chocolates. Se trata de una chocolatería llamada Vosges. Resultó ser una de esas chocolaterías donde venden tabletas de mezclas exóticas, incluida aquella ya más o menos famosa de chocolate con tocino a la cual creo que le falta un poco de acidez. Chocolate de distintas concentraciones de cacao mezlado con almendras ahumadas, semillas de hemp, cardamomo, avellanas, distintos tipos de sal y muchos otros ingredientes y especias. Grandes mezclas. El segundo lugar es una taberna de nombre Blind Tiger, en Chelsea. Se trata del mejor bar de cervezas de NY y el séptimo mejor de los E.U. Tienen unas 24 microbrews en barril y más de 60 cervezas -únicamente de microcervecerías de distintos países- en botella. Un lugar oscuro y hasta un poco sucio, nada pretencioso, que resulta maravilloso para los amantes de la buena cerveza. Tienen unas diez vintage ales, osease cervezas de guarda de entre 4 y 10 años de antigüedad (sí, algunas cervezas están hechas para guardarse al igual que algunos vinos). Visita obligada para descubrir maravillosas stouts, porters, IPA's y otras variedades de esta bebida.

2 comentarios:

Cioara Andrei dijo...

Florile au un limbaj aparte. Cat de incantator ar putea sa vorbeasca un tanar iubitei sale fara sa foloseasca cuvintele!

Sofia Elena dijo...

Oye cuánto viajas no Ysusi??? Jajajaja... No sabía que tenías blog! Y dos!!! Ya los leeré con más calma...

Te mando un besote y saludos a todos por allá!!!!

se.