World Trade Center, 11:30 a.m. Entro al estacionamiento y estaba vacío. "¿Me habré equivocado de día y/o lugar?" - pensé. Caminé hacia los elevadores y un anuncio de The Chocolate Experience me dejó saber que no era así. Subí a la planta baja y no vi movimiento. Recordé que había salones más arriba. En efecto, en el tercer piso había unas veinte personas comprando boletos y caminando por ahí. Faltó, en mi opinión, señalización. Más tarde habría más movimiento pero a esa hora no había un flujo de gente que seguir.
La organización creo que estuvo bien, aunque no entendí el porqué del "complicado" proceso de registro. Había que llenar una hoja, ir a la taquilla y llevar el boleto a otro stand junto con el papel para que te tacharan el boleto, lo cual quería decir que ya podías entrar. Lo que resultó fatal fue la planeación de las catas. Una semana antes enviaron unos horarios, dos días antes del evento lo cambiaron, envié un mail para reservar un lugar al cual jamás contestaron... Para mi alegre sorpresa, terminaron vendiendo los boletos para la cata en la taquilla en lugar del supuesto depósito bancario que habían planteado inicialmente.
El evento me pareció terrible. No había nada interesante. No había más de unos veinte stands y pocos llevaban cosas interesantes. Todos eran de tiendas y marcas que uno puede encontrar a diario en la ciudad: Qué Bo! (con gente pidiéndole autógrafos y fotos a José Ramón Castillo), New Art Xocolatl, Maricú (el otro día fui al de Revolución y nos trataron con desprecio. Creo que los hombres no deben entrar a las tiendas de artículos de cocina según esas mujeres.), Arnoldi, Lindt, Hersheys... Qué Bo!, a eso de las 2 de la tarde, ya no tenía chocolates a la venta pues ya se les habían acabado. Nadie llevaba productos fuera de su oferta habitual. Lo más interesante resultaba el chocolate Callebaut que vendían en algún stand y los granos de cacao de un puesto terriblemente montado de chocolate de Tabasco. Uno esperaría más productos de distintas regiones del país pero ni el chocolate Mayordomo estuvo presente. En resumen no había nada salvo algunas mujeres bastante guapas recorriendo el lugar.
Lo que valía la pena eran las catas. Quizás las conferencias también pero no tuve tiempo de entrar a ninguna. Por los cambios de horarios no pude ir a la cata-maridaje de chocolate con oporto pero sí a la de chocolate con tequila. Tengo cierta predisposición negativa hacia los tequilas comerciales pero los que sirvieron no estaban tan mal. Gina Naya, experimentada organizadora de eventos enológicos y gastronómicos en Puerto Vallarta, fue la responsable del evento y creo que salió muy bien. Cuatro concentraciones de cacao y tres tequilas distintos: uno blanco y dos reposados. No me gusta el chocolate blanco pero el tequila blanco -Grillos, en esta ocasión- lo hacía saber bien. El Grillos reposado iba bien con un chocolate belga ligero y con uno peruano más intenso. El Huizache reposado, tequila que sí había visto y en el cual no confiaba, tiene un sabor más dulce bastante agradable que iba bien con un chocolate venezuela suficientemente amargo (64% cacao si no me falla la memoria). Quien guió la cata fue un francés muy simpático, por lo que fue muy amena e interesante. Lo único malo de todo este asunto fue que cobraban 200 pesos por la entrada de dos personas a la cata pero si uno iba sólo, como yo, tenía que pagar los 200. Hubiera pedido doble tequila pero eran las 12, tenía una comida y, como ya he dicho, no me encanta el tequila.
Al final creo que pudieron haberse ahorrado la expo y haber organizado únicamente las catas y conferencias (claro que entonces no sería negocio tan redondo). Quien no fue no se perdió de nada. Quien fue... no sé si los precios eran más bajos que en otros lados, no me fijé, pero aunque hubiera sido así los 150 pesos de entrada equiparaban los costos. Si se repite el próximo año mejor me ahorraré la entrada e ire directo a los eventos paralelos.
NOTA: Una de las organizadoras del evento se ha puesto amablemente en contacto conmigo para aclarar varios puntos mencionados en el post. Intentaré resumirlo: Se invitó a todas las marcas y a distintos productores a nivel nacional pero muchos no asistieron por dificultades económicas en esta época de recesión y otros se mantuvieron escépticos ante esta primera edición de TCE. Se buscó realizar un evento donde se apoyara a todos, por lo que no se trató de un "negocio redondo" como yo lo llamé. La próxima edición de esta expo buscará incluir a muchos más expositores. He ahí los comentarios de los organizadores.
5 comentarios:
Primera vez que leo tu blog! muy interesante! :)
Que buena reseña de este evento... y pues que mal que sea una decepción... porque la verdad si está un poco caro todo...
Saludos!
si te gusta mucho el chocolate, date una vuelta por el moro, y de paso te echas unas tortas de pierna con mole y unos churros.
¡Claro que he ido al morro y el chocolate es delicioso en todas sus modalidades! Creo que es una buena idea esa de ir a visitarlo pronto, con todo y el sesgo de tu recomendación, jaja.
El tequila Huizache muy recomendable, a partir de leer en tu blog la recomendación lo fui a comprar y me encantó. Gracias y felicidades por el blog!
Me alegra que la recomendación haya servido de algo. La verdad, como menciono en esa entrada, no soy fan del tequila, me gustan más los mezcales más artesanales, pero ese me pareció agradable.
Gracias por la felicitación. He disminuido un poco el paso recientemente, pero intentaré recuperarme pronto.
Saludos.
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